viernes, 15 de mayo de 2015

La Homofobia (por Dani)


La homofobia no es solo una palabra que afecte a gays en exclusividad, afecta del mismo modo a lesbianas; su definición es amplia y en ella podemos encontrar muchas otras palabras que hacen que su significado se magnifique, como ejemplo tenemos: miedo, rechazo, repudio, discriminación, asco…

La homofobia puede deberse a varios factores entre los que se encuentran los antecedentes culturales, científicos, ideológicos, sociales…

Dentro de los culturales podemos destacar que dependiendo de la civilización no todas pensaban del mismo modo ante las relaciones sexuales con  personas del mismo sexo, ejemplo claro es la cultura griega en épocas a.C., las relaciones entre personas del mismo sexo se veía como complemento al de las relaciones con el fin de procreación. En otras culturas como la sumeria e hititas formaban parte de los ritos y por lo tanto no estaba mal visto este tipo de relaciones. En las Dinastías Chinas fue muy reconocida las relaciones sexuales con otros hombres por parte de los Emperadores.

Pero tenemos la versión contraria, la civilización Azteca era muy estricta y penaba tales actos con atroces castigos.

Desde un punto de vista ideológico el origen de la homofobia surge desde el pensamiento filosófico, que a su vez estos últimos están influenciados y/o relacionados por las creencias. En plena Edad Media la influencia de la Iglesia Católica y sus mandatarios castigaban duramente estas prácticas.

Durante la Inquisición se realizaron cribas en las ciudades, aldeas y pueblos para castigar dichos actos, a finales del siglo XV la cosa empezó a cambiar, la apertura mental, los intelectuales y el movimiento artístico propiciaron que tales actos no fuesen vistos tan mal, hechos acontecidos durante la Contrareforma.

Aun con todo este cambio la homofobia seguía existiendo y se encontraba vigente. Los estigmas ideológicos se anteponían al razonamiento, dando a entender que la homosexualidad es una conducta cruel y perversa, algo que actualmente muchos sectores destacados de nuestra sociedad siguen pensando y defienden a ultranza.

Si ya nos centramos en el ámbito científico, en el mundo de la psiquiatría se ha enmarcado la homosexualidad como una enfermedad degenerativa, enfermedad de desvío, hasta el 17 de mayo de 1990. (A día de hoy, la transexualidad la siguen considerando una patología, tema que trataremos más adelante).

En cuanto a los antecedentes sociales, el machismo ha aportado mucha negatividad y fomento hacia el odio a los gay, tomando como lo más bajo, sucio e inferior a la mujer, comparando de este modo al acto gay como algo inferior, sucio e indeseado. A las lesbianas directamente se les invisibiliza.

Actualmente la homosexualidad es vista por un gran sector como algo natural (normal), como una elección, o como un modo de vida elegida por tus preferencias sexuales, sin miedo a la muestra en público, sin miedo a reconocimiento, sintiéndote libre de ser como eres, o al menos eso queremos creer, ya que ni en nuestra sociedad (considerada como avanzada, desarrollada o democrática) se dan todas las libertades y/o seguridades de igualdad.

Muchos países han implantado leyes que protegen de actos homofóbicos, pero esto no impide que se den, ni tan siquiera creo que estén castigados con la suficiente severidad como para que lxs agresorxs se paren a pensar en las consecuencias de sus actos.

El aumento de agresiones hace que debamos pararnos a pensar que algo está mal, desde los colectivos, las instituciones, y los sectores necesarios han de crearse planes que ayuden a la eliminación de tales vejaciones y/o agresiones.

Se habla constantemente de tolerancia, para mi maldita palabra, a mi parecer no debería ni de usarse ante estos casos, yo no quiero que sean tolerantes conmigo, quiero que me RESPETEN. Cuando todos empecemos a respetarnos, nos daremos cuenta que no son necesarias el uso de otras definiciones. La diversidad cultural, la educación, las mezclas de etnias... todo lo que conlleve una integración hará que todo sea más plural y, por consiguiente, más diverso.

NO A LA HOMOFOBIA. SÍ AL RESPETO HUMANO. SÍ A LA LIBERTAD DE ELEGIR Y SÍ A SENTIRTE SEGURA/O.

                                                                    Daniel Arenas Suárez

lunes, 9 de marzo de 2015

A dedo


Vivimos en un  país  DEMOCRÁTICO regido por Leyes. Todos oímos continuamente sobre la Ley de Transparencia, pero no todos conocemos cual es su objetivo, ni tan siquiera su contenido. Toda la información de dicha Ley podéis encontrarla en el enlace que aquí os dejo. 

¿Por qué os he hablado de transparencia? La respuesta es muy sencilla. La transparencia es la base para la confianza y para el bienestar social a través de la moralidad. Todas las Instituciones Públicas usan a la ligera dichas palabras, todos son transparentes según ellos, pero cada día vemos en los medios audiovisuales, digitales o incluso a través de nuestros teléfonos noticias que hacen que dicha Ley sea una simple formalidad. Se descubren casos de cohecho, abuso de poder, aprovechamiento de su influencia en cargos públicos, saqueo de las  arcas públicas, uso del dinero público en beneficio propio… En fin, si continúo no paro, pues la enfermedad que actualmente afecta a nuestro país tiene síntomas variados y la lista de dichos síntomas sería interminable y no quisiera aburriros con este escrito. 

Personalmente  quiero centrarme en un problema que actualmente en la situación que nos encontramos nos afecta mucho cuando oímos, vemos o escuchamos en las noticias de nuestro día a día. “Contratos a Dedo”, vaya dos palabras más indignantes para el sufrimiento de muchas familias. Sé que todos sois listos, pero quisiera dar la versión simple de esas dos palabras en unas pocas más.

"A dedo" significa que se los adjudicaron sin ningún criterio. La expresión viene a decir que el responsable de adjudicarlos, simplemente le señaló con el dedo y dijo: "este contrato para ti", creo que queda aun más claro lo que quiero decir. Contrato pagado con dinero público, con dinero de todos, incluido el dinero de los más necesitados, porque el hecho de que ellos no dispongan de un trabajo no quiere decir que no estén colaborando con el IVA, con sus gastos diarios, con sus facturas... Yo creo que ya es hora de que paremos semejantes robos a nuestro sistema. 

Hace dos semanas, gente conocida mía recibió una llamada de SAE (Servicio Andaluz de Empleo), claro está contentos porque es un momento de esperanza, una ilusión, creer que hay luz al final del túnel. ¡¡¡¡¡Sorpresaaaaaa!!!!! Les llaman del SAE, en concreto para puestos destinados a residentes en el pueblo y para ayuda a domilicilio, 21 personas seleccionadas por su formación y situación personal, de los cuales solo 7 optarán a una plaza durante 3 meses. Hasta aquí todo perfecto, perfecto dentro de lo que nos rodea, donde empieza el problema, y cuando entra en juego los poderes de los colores, pues ahora os lo cuento. 

El SAE llama, pero la entrevista y recogida de CV es realizada por parte del Ayuntamiento, ya que ese dinero es gestionado por dicha entidad. ¿En qué consiste la entrevista? En cuál es tu nombre y apellidos, formación y situación económica familiar y personal. Fin de la entrevista. "Las listas de los elegidos mañana a las 12 intentaremos que estén en el tablón". 

Resultado de las entrevistas: todos los seleccionados son del mismo color político que el que ostenta el poder y en cuanto a lo de la necesidad económica pues mucho que desear, dudo que su situación personal sea de extrema necesidad. Perdonadme si no doy más datos sobre el color político ni tan siquiera de qué población se trata, pues creo que el problema no es por los colores ni por tan siquiera su ubicación, creo que el problema son las personas que convierte nuestras ilusiones en meros sueños perdidos.



                                    Daniel Arenas Suárez

martes, 3 de marzo de 2015

8 de Marzo

Día Internacional de la Mujer (trabajadora)

Desde el Plurales, colectivo por la Igualdad y la Diversidad, demandamos:

  • Acceso a la reproducción asistida pública, gratuita y para todas.
  • Eliminación de los cánones heteropatriarcales de las mujeres lesbianas en la publicidad y medios de comunicación.
  • Visibilidad lésbica independientemente de tópicos.
  • Reconocimiento de la violencia de género dentro de las parejas de mujeres.
  • No discriminación de las mujeres lesbianas en el ámbito laboral.

sábado, 31 de enero de 2015

NUEVOS CONTACTOS, RELACIONES NUEVAS. DEL “BRENDA” Y OTRAS APLICACIONES

NUEVOS CONTACTOS, RELACIONES NUEVAS. DEL “BRENDA” Y OTRAS APLICACIONES



Desde que mi padre vio a mi madre en campos colindantes sembrando trigo y, meses después fue a casa de mi abuelo a pedirle la mano de su hija, hasta que, una servidora, accedió a instalar aplicaciones de “contactos”, han pasado 45 años.

Contactos que crean una vinculación y una nueva manera de relacionarse. Aún recuerdo cuando aparecieron los primeros chats para heterosexuales (siempre primeros) y un hombre perdido en cualquier pueblo perdido de cualquier región del país podía conocer, “ligar” y casarse con una mujer de cualquier lugar perdido del mundo. Aquello que parecía, para las gentes, “antinatural” se ha normalizado y ya no se ven esas caras de perplejidad.

Ahora, mientras descanso en el sofá puedo conversar con personas de millones de lugares, con inquietudes, hobbies multitudinarios y con retratos de lo más variado. Esta sociedad de la comunicación me lo permite, me da el acceso… Mi discurrir tecnológico puede ser intelectual, intrascendente, sexual, superficial, ambivalente, humorístico, relajante…, pero siempre creo que no llegamos a entender que entran en juego dos factores importantes: el bienestar, sí; pero también nuestro sufrimiento.

Una cuestión más, a pesar de la riqueza relacional en la que nos vemos abocados/-as en esta sociedad tecnológica, de un tiempo a esta parte… percibo en las personas que me rodean una revalorización del amor romántico, de la institución familiar en su sentido más tradicional (parejas gais que no practican sexo hasta el matrimonio, parejas lesbianas que hacen presentación oficial a sus respectivas familias, que celebran y consumen “el día de lxs enamoradxs”…) parejas que desarrollan su fantasía de construir su pareja ideal, y curiosamente, simuladamente heterosexual. Parece que los tiempos de mis padres no se hayan quedado tan lejos.

Tejemos redes, redes cibernéticas en una cultura de consumo, que genera productos para el uso inmediato, soluciones rápidas, satisfacciones instantáneas, resultados que no requieran esfuerzos prolongados… Y, por la experiencia en estas aplicaciones no hay un uso inmediato, ni una solución rápida, ni es cierto que no exista un esfuerzo, conversación tras conversación vas eligiendo qué contar y cómo para no crear malos entendidos. Formular la pregunta, esperar la respuesta, recibir la pregunta, debatirse con la respuesta… genera un esfuerzo y no pequeño, de ahí, que sea expresión común entre nosotras, decir: “¿y no es más fácil quedar para tomar un café o una cerveza?”. Pero, una cerveza o un café no generan esa sensación de vértigo, de velocidad a la que nos tienen acostumbradas.

En el transfondo de todo esto, no dejo de tener claro que vivimos en una cultura de masas posmoderna de la que Jonathan Potter, sociólogo norteamericano, señala algunas características: «distorsiones del tiempo y el espacio resultado de las recientes tecnologías de transporte, telecomunicación o transferencia de información» (Coral Herrera, 2010:329). Conceptos como “progreso”, “justicia social” dejan de tener credibilidad para dar paso a “mientras todo esté ordenado, cada uno que se las apañe como pueda”; la gente sale a la calle por un mundial de fútbol, por el inicio de las rebajas… pero no para gritar y defender los derechos humanos. Así que no es de extrañar que en muchos perfiles, aparezca “me gusta el mar, la montaña”, “tengo mascota”, “me gusta viajar y salir de fiesta”… pero no he encontrado ni un perfil que diga: “comprometida con la marea tal o cual”, “activista”; yo misma, desarrollé un perfil real y pensado: “profesora de lengua y literatura, feminista y lesbiana”, algunos de los comentarios han sido: “qué radical, ¿no?,” “¿feminismo?¿eso no es muy arcaico ya?”, “qué pureta, ¿no?”. Lo de “profe”, lo indiqué para evitar las faltas de ortografía, pero ni con esas lo he evitado, cuando yo leí: “solo quiero xeso”, ya podéis imaginar mi cara de asombro y desconcierto. Y, en ese, “mientras todo este ordenado…” consigo también la explicación de todas esas parejas, que desde el primer momento del enamoramiento, desaparecen del mapa social, de las relaciones entre amigos y amigas, del compromiso con la sociedad.

Hubo un momento en el que cometí la osadía de instalarme el “bender” que sabéis, es la aplicación para gais. Por supuesto, no tenía foto, pero me abrumó la cantidad mayor de fotografías de perfil en chicos que en chicas y, sobre todo, la manera tan distinta de entablar una conversación. Aquello, duró un par de horas, porque no estaba tranquila con esa especie de usurpación de identidad. Sus conversaciones son directas, ágiles, rápidas y… con un objetivo claro. Un amigo me comentó que, a veces, no da crédito a las descripciones de perfil. Es para pensar qué está pasando cuando un chico señala: “abastenerse maricas” o una chica: “soy discreta y tolerante, no quiero follones” y no paso a describir las fotos, porque cuando una chicha afirma ser femenina y se presenta en sus fotos con la descripción que todos reconocemos de “camionera” o “motera” o “butch”, sólo me entran ganas de entablar una conversación con ellas y preguntarles ¿por qué?

Cómo un gay prohíbe la conversación a “maricas”, ¿no son lo mismo? ¿Es que el gay está dentro de la sociedad más heteropatriarcal y el marica tiene más pluma?

Cómo una lesbiana es “discreta y tolerante”, ¿a qué se debe esa discreción? ¿a no estar fuera del armario? ¿a no “liarla” y dar explicaciones al resto de la sociedad? No os podéis imaginar la cantidad de chicas que en sus perfiles se han descrito como “normal” o “normalita”, ¿de verdad?


Se trabajó mucho en los años 90 en materia de visibilización, pero percibo en la actualidad, primeros días del 2015, lo que se llama “endoculturización”, que es la decisión de las mujeres de no hacerse notar, de no causar problemas en la sociedad ni preocupaciones a la familia, en definitiva, de volver al ámbito de lo privado. Ya he comentado antes, que las chicas tienen muchas menos fotos de perfil que los chicos, es como si me dijeran: no quiero que me reconozcan, no voy a luchar por la visibilización de los derechos, no voy a protestar contra la desidia de las instituciones ante el SIDA, la violencia de género, la homofobia…

Y, si bien es cierto que desde la Teoría Queer, la invisibilización puede ser una forma de resistencia, ya que no se puede oprimir a quien no se puede identificar. La invisibilidad genera una falta de referentes que dificulta las posibilidades de identificarse y deriva en aislamiento.

Aislamiento que se ve agravado al pensar que las nuevas redes sociales, las aplicaciones de contactos, generan una nueva manera de conocer y salir al mundo real (que en algunos casos, será así); una nueva manera de consolidar relaciones… Relaciones que remiten una vez más al aislamiento, al “mientras mi mundo esté ordenado…” que señalaba al principio.

Aislamiento disfrazado de “puedes contactar con millones de personas”, aislamiento disfrazado de “quedamos, pero que nadie se entere”, aislamiento en una sociedad globalizada y de la comunicación.


BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

Coral Herrera (2010), La construcción sociocultural del amor romántico, Madrid, Fundamentos.

Raquel Platero (Coord.) (2008), Lesbianas. Discursos y representaciones, Madrid, Melusina.

Zygmunt Bauman (2003), Amor líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos, México, FCE.